Cartagena, a la Conquista del Reconocimiento de la UNESCO: Patrimonio de la Humanidad por sus Fortificaciones Históricas

Autor: Luis Miguel Pérez Adán

La ciudad de Cartagena ha dado un paso firme y decidido hacia el reconocimiento internacional de su legado. Esta pasada semana, inició su ambicioso camino para que su histórico sistema defensivo sea declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Este proyecto busca destacar no solo los imponentes elementos arquitectónicos y militares que protegieron la ciudad desde el siglo XV hasta el XX, sino también reivindicar el papel de Cartagena como un modelo universal de la fortificación hispánica en el Mediterráneo.

En este contexto, nuestra alcaldesa, Noelia Arroyo, junto a representantes de otras seis ciudades mediterráneas españolas, se reunió en Madrid con el ministro de Cultura, Ernest Urtasun, para presentar un dossier preliminar que sustenta esta valiosa candidatura. Este proceso incluye acciones como la creación de un comité científico, la organización de un congreso internacional en Tortosa y la formalización de una asociación entre las ciudades implicadas. Además, busca el respaldo de países como Argelia, Marruecos, Malta e Italia, en una apuesta que se formalizará en 2025 y que conecta las fortificaciones mediterráneas con otras emblemáticas, como las del Caribe y el Camino Español, para tejer una red de sinergias globales.

Un Sistema Defensivo con Valor Universal

A lo largo de los siglos, Cartagena ha sido un enclave estratégico de incalculable valor gracias a su ubicación privilegiada en la costa mediterránea y a su puerto natural, uno de los más importantes de España. Estas características la convirtieron en un objetivo militar prioritario y, en consecuencia, en un bastión fortificado de primer nivel.

Desde sus murallas renacentistas hasta los modernos fuertes del siglo XIX, el sistema defensivo de Cartagena es una auténtica lección de historia y técnica militar. Castillos, baluartes, baterías de costa y fortificaciones interconectadas ilustran siglos de evolución arquitectónica y estratégica. Elementos como el Castillo de la Concepción, las murallas de Carlos III, el Fuerte de Navidad o la red de baterías costeras no solo son testigos de la historia local, sino también hitos fundamentales en el desarrollo de la ingeniería militar en Europa y el Mediterráneo.

El valor universal de estas fortificaciones radica en su capacidad para representar la «Plaza Fuerte hispánica», un modelo exportado a las colonias y regiones bajo influencia española. Cartagena simboliza siglos de innovación y adaptación, reflejando tanto los avances técnicos como los cambios políticos que marcaron cada época.

Un Proyecto Internacional para el Mediterráneo

Esta candidatura no es un esfuerzo aislado. Guiada por expertos de ICOMOS (Consejo Internacional de Monumentos y Sitios), se articula como un proyecto conjunto con ciudades mediterráneas como Tortosa, Palma, Ibiza, Mahón y Es Castell. Además, cuenta con la colaboración de países como Argelia, Malta, Italia y Marruecos, que comparten un rico legado cultural e histórico vinculado a la fortificación.

La alcaldesa Noelia Arroyo subrayó que esta es “una candidatura internacional que busca integrar las fortalezas y sistemas defensivos de diversas regiones mediterráneas”. Este enfoque potencia los lazos culturales que han unido a los pueblos del Mare Nostrum a través de siglos de intercambio comercial, militar y social.

Aunque algunas fortificaciones han sido restauradas y abiertas al público, muchas otras languidecen en el abandono o sufren un avanzado deterioro por la falta de mantenimiento, el vandalismo y el inexorable paso del tiempo. Este patrimonio invaluable necesita atención inmediata para detener su deterioro y garantizar su disfrute por parte de las futuras generaciones.

La propuesta de unir fuerzas con otras ciudades mediterráneas, junto con el respaldo del Ministerio de Cultura, representa una oportunidad única para asegurar la conservación de este legado histórico. Además de proteger estas estructuras, este reconocimiento pondría a Cartagena en el mapa mundial del patrimonio, fomentando el turismo, revitalizando la economía local y fortaleciendo el sentido de identidad colectiva.

La candidatura enfrenta el reto de destacar en un contexto donde España ya ostenta un elevado número de declaraciones de Patrimonio Mundial. Sin embargo, el carácter colaborativo e internacional de esta iniciativa, en la que se unen esfuerzos con otras ciudades mediterráneas, aumenta significativamente sus posibilidades de éxito. Esta propuesta no solo resalta el valor excepcional de las fortificaciones de Cartagena, sino que también subraya su carácter universal como modelo de defensa hispánica replicado a nivel global.

En este marco, Cartagena representa un ejemplo único de planificación defensiva marítima, cuya influencia trascendió fronteras y se convirtió en referencia mundial. Su preservación no solo es esencial para salvaguardar la memoria histórica, sino también para garantizar que esta herencia arquitectónica siga siendo fuente de inspiración y aprendizaje.

Con esta candidatura, Cartagena no solo se esfuerza por preservar su historia, sino por proyectarla hacia el futuro como símbolo de cooperación internacional y de valorización del patrimonio común. Si logra incluirse en la lista de la UNESCO, no solo se protegerán sus murallas y baluartes, sino que se reforzará el orgullo y la identidad de una Cartagena que sigue defendiendo su legado como uno de los grandes bastiones del Mediterráneo.

La cuenta atrás ha comenzado, y Cartagena avanza decidida hacia 2025 con un objetivo claro: conquistar un nuevo reconocimiento, no con cañones ni murallas, sino con la fuerza de su historia y su patrimonio cultural. Unidos, podemos lograrlo.